sábado, 14 de mayo de 2011

TEATRO SIGLO DE ORO (III)




H) Dramaturgos del ciclo de Lope de Vega.

Entre los muchos seguidores de la forma dramática lopesca, podemos mencionar cuatro nombres que, así mismo, obtuvieron un gran éxito popular con algunas de sus creaciones dramáticas. Guillén de Castro (1569 – 1631) destaca por dos dramas histórico-legendarios, Las mocedades del Cid y El conde Alarcos. El conflicto entre los deberes sociales y los sentimientos más íntimos de los personajes constituyen el núcleo temático de sus obras, de entre las que merece la pena citar también la divertida comedia Los malcasados de Valencia, donde el fracaso matrimonial termina en divorcio.

Por su parte, Luis Vélez de Guevara (1579 – 1644) comparte con Lope la soltura en la versificación, el dinamismo escénico y un intenso dramatismo. Todos estos aspectos se ponen de manifiesto en su obra maestra, Reinar después de morir, donde dramatiza la trágica historia de amor del rey don Pedro de Portugal y doña Inés de Castro. Amor, feminismo, bandolerismo y ambientación popular son los ingredientes de comedias como La luna de la sierra, La serrana de la vera y la niña de Gómez Arias.




El mejicano Juan Ruiz de Alarcón escribió cerca de treinta comedias inspiradas en la vida cotidiana y en leyendas históricas. Escribe un teatro caracterizado por el sentido de la perfección, la originalidad, la mesura de los personajes, de tono sobrio y coloquial del lenguaje, la habilidad para urdir la intriga y la crítica moral de las apariencias. Donde obtiene sus mayores logros artísticos es en las comedias de costumbres urbanas, de tema amoroso y fino humor, como Las paredes oyen, No hay mal que por bien no venga o La verdad sospechosa.

Antonio Mira de Amescua fue autor de unas sesenta obras dramáticas sobre temas religiosos, costumbristas e histórico-legendarios. Las virtudes de su teatro se reflejan en su obra más conocida, El esclavo de demonio, sobre la leyenda fáustica de don Gil de Santarem, que vende su ama al diablo a cambio del amor de una mujer. La Fénix de Salamanca y No hay burlas con las mujeres son dos comedias de enredo con fuertes caracteres femeninos.

I) Dramaturgos del ciclo de Calderón.

De entre los muchos dramaturgos adscritos al grupo o ciclo de Calderón de la Barca, a Francisco de Rojas Zorrilla y a Agustín Moreto. El primero de ellos es uno de los más notables del teatro del Siglo de Oro y escribió tragedias, comedias y piezas religiosas. En el tratamiento del honor, Rojas Zorrilla se muestra defensor de la mujer. Sus heroínas se equiparan al hombre en el derecho a acordar libremente su matrimonio y a ejercer la venganza del honor por sí mismas. Del rey abajo, ninguno es el título de su tragedia más lograda. La gran aportación de Rojas al teatro barroco es la comedia de figurón, basada en el personaje del hidalgo pretencioso y envanecido. Su mejor comedia es, sin duda alguna, Entre bobos anda el juego.

La producción teatral de Agustín Moreto es pequeña y difícil de cuantificar. Cultivó la comedia y el drama religioso, pero no ofrece un teatro de gran originalidad. Sin embargo, esa carencia se ve compensada por la maestría en la versificación y por la lograda caracterización psicológica de los personajes. El tono medido y refinado de teatro de Moreto, así como el carácter cómico de sus protagonistas, tiene su mejor traducción en El desdén con el desdén y El lindo don Diego, dos comedias de asunto amoroso.

J) Los subgéneros dramáticos.







Auto sacramental: en un acto, se tratan temas bíblicos,hagiográficos y teológicos con intervención de personajes alegóricos que encarnan la vida y la muerte, al alma y el cuerpo, la virtud y el vicio… Se representaban con gran lujo escénico en las fiestas del Corpus y su más excelso creador fue Calderón de la Barca.
Farsa: Forma breve de carácter cómico y satírico, cuyos orígenes se remontan al teatro clásico griego. Su desarrollo comienza en España a finales de siglo XV con Gil Vicente y llega hasta el siglo XX en autores como Valle-Inclán. Alberti o Lorca.
Entremés: Pieza de carácter cómico, en prosa o verso y en un acto, en a que intervienen tipos populares. Se solían representar entre las jornadas de las comedias del Siglo de Oro y gozaban de gran aceptación entre el pueblo. En el siglo XVIII es reemplazado por el sainete, cuyos mejores ejemplos son los de Ramón de la Cruz y Arniches (ya en el XX).
Loa: breve composición en verso que se utilizaba como prólogo o introducción de la comedia. En ella se refería su argumento y se elogiaba a su destinatario.
Jácara: El término es sinónimo de reunión de rufianes y pendencieros. Hacer referencia a una pequeña composición poético-musical que tiene como eje temático el mundo del hampa. Se cantaba entre las jornadas o al final de las comedias. Célebres autores fueron Quiñones de Benavente y Francisco de Quevedo.
Mojiganga: pieza breve en verso que, por sus personajes estrafalarios, juegos de disfraces, cima caótico y alusiones satíricas, tenía un contenido carnavalesco. A veces se representaba de manera independiente, o final de la comedia. Calderón escribió las más famosas.
Baile: forma muy breve en a que se combina letra, música y mímica; se intercalaba entre las jornadas de la comedia. Quevedo puso letra a varios bailes.


Muchas de las obras dramáticas del siglo XVII se pueden leer en la página web http://www.teso.chadwyck.com/ y no pocas ilustraciones, sin ir más lejos las que ilustran esta entrada y la anterior, se pueden encontrar en el Centro Virtual Cervantes, así como muy diversas aportaciones relacionadas con el teatro aureosecular; de hecho, entre el abundante material que ofrece ese portal pueden escucharse pequeños fragmentos de monólogos y diálogos de algunas de las obras más populares de teatro de Calderón de la Barca: www.cervantesvirtua.com/bib_autor/calderon/voces.html

Otros proyectos que tienen que ver con este apartado son los de la edición de los autos sacramentales completos de Calderón de la Barca, dentro la actividad del GRISO de la Universidad de Navarra; el proyecto Prolope, que se viene llevando a cabo desde la Universidad de Barcelona desde hace ya bastantes años. Lo mismo se puede decir de Proteo, que desde la Universidad de Burgos ha emprendido la publicación de la obra completa de Agustín Moreto y cuyo trabajo se puede ir viendo en la página http://www.moretianos.com/






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